La experiencia de una madre
"No es fácil saber que tu hijo tiene una enfermedad crónica severa, es bravo convivir con esos temores. Cada día que pasa siento que le ganamos a la enfermedad, que ganamos para nosotros, para él", relató Florencia a Clarín.com. La rosarina es mamá de Juan, de cuatro años, quien tiene FQ. "Pasé por muchas etapas, enojo, bronca, impotencia, desesperación. Ahora estamos todos mucho mejor. Tengo esperanzas muy prudentes respecto a una futura cura genética. Aspiro más que nada a su calidad de vida, a que aparezcan medicamentos mejores que apunten al defecto básico y no tanto a paliar los síntomas (el daño si se quiere) como hacemos ahora". Su mensaje es de una infinita esperanza: "Esta es una enfermedad brava, que afecta muchos órganos, a la que hay que anticiparse y de la que hay que aprender mucho para que las complicaciones no aparezcan o para solucionarlas a tiempo, pero aseguro que se puede vivir con esto".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario